Que mas puede pedir un poeta ya que la noche triste le da todo. Un beso en la obscuridad acompañado de vino tinto, sabor de pasiones, ideas incompletas...

martes, 6 de diciembre de 2011

¿Qué debería entender?


Eres tan tu y yo tan... La verdad no lo se. Mira como me confundes, me tienes de cabeza o creo que carezco de equilibrio; quien sabe. Solo se que aun sigo escribiendo cosas banales y todas hablan de ti, que mejor ejemplo que esto que estas leyendo. Es absurdo, ¿verdad? ... ¡Lo sabia! Pero que más da, el problema radica cuando uno se enamora y se torna todo cursi, meloso y en cierto modo indecoroso. Entiende, eres diferente, tanto que por un momento olvido que eres humano, tengo esa certeza de que si lo eres, pero hay algo que no logro digerir de ti: Tu sabes que es, y yo imagino que si... Otra vez, no los entiendo... Hoy precisamente me dijeron que no debo tratar de entenderte, pero cómo quiero hacerlo si aun no se quien soy yo. Todo es tan común, tan mismo, tan uno; pienso... pero hay ocasiones que lo cotidiano se vuelven sueños, y esos sueños se matizan de colores lunares, y se vuelve todo real; tan real como tu y como yo, como la existencia misma. ¿Qué diré?, ya no digo nada. Solo estas, y no me permites ver que hay. De nuevo no entiendo... Te debería olvidar, los dos quisiéramos eso, pero ya que no logro hacerlo, lo dejo; dejo que tu sublimidad se torne una con la mía, dejo que todo aquello que no entiendo se pierda en el infinito de tus ojos negros. Bueno... ya lo sabes. No quiero saber todo lo que ahora se torna en tu cabeza, no quiero que lo digas. Solo te pido que me dejes tratar de entenderte y así lograr entenderme, y entender a los demás.

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