Pacheca nadare por mares azules, como el sonido de los pájaros que revolotean bajo la luna de humos tenues; olvidados están, los duendes se lo han comido. Las ninfas añoran por ellos, su reina la ha obligado, dicen que si no se pierden dormirán por millones de suspiros ante todo lo que contempla. Injusta es la vida de un hada, que marcada por el destino ruega por un viejo amor, ese que la tortura mientras escribe con dosis altas de caravana. Verde azul, morado canario, rojo aselada, amor a color. Me llevo tiros al almohada y olvido lo que soy, qué importa si soy rara, qué importa, ya lo se...
Soy cínicamente feliz!
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