Que mas puede pedir un poeta ya que la noche triste le da todo. Un beso en la obscuridad acompañado de vino tinto, sabor de pasiones, ideas incompletas...

viernes, 23 de marzo de 2012

Esa casa amarilla.

Dicen que a las doce es la hora donde el Yo experimenta con mayor intensidad esa cercanía con origen, ese estado de unión con su verdadero ser. Toda una completa energía entra por los poros y te hace recordar los momentos mas trascendentales que pudiste tener... unes tu conciencia con los hechos pasajeros, como una tenue armonía de hojas hablando en el silencio. Música que evoca volver a vivir instantes, como el de la casa amarilla, con los jóvenes perdidos entre delirios de rock en los que noche tras noche tratan de disolverse entre millones de experiencias; mitigan sus cuerpos hasta la locura, parten de nada para querer ser algo; perduran entre estas lineas que quieres interpretar tanto saber... No entienden, te dicen reales mentiras; puede que creas en su verdad, pero el sonido asfixiante del tren de media noche no deja escuchar, sólo el sonido de la obscuridad entiende lo que sucede, te habla por medio de astros que refulgen a millones de distancia. Es sentir observaciones y miradas por doquier, todo cosquillea entre embriaguez de horas pasadas y un sutil olor a yerba en la ropa.
6/03/12


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