Adelgazado, ya casi trasparente
vaticina en la palma de la mano
los sederos del día.
Me iré antes que él, y su perfume
no tocará la piel del otro cuerpo
sucesor de mi espacio.
Te doy las gracias
por hacerme mirar mejor plantado
el árbol que sostiene a la mañana
o por abrir con tu mejor frescura
las faldas de la noche.
Breve como el amor, insuficiente,
te juntaras con otros
pequeños restos de lo que fuiste
y seguirás corriendo bajo el agua,
pero no serás más tú,
ni tú más de mí.
Vicente Quirarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario