Que mas puede pedir un poeta ya que la noche triste le da todo. Un beso en la obscuridad acompañado de vino tinto, sabor de pasiones, ideas incompletas...

sábado, 24 de marzo de 2012

Arte Poética.

Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,

ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.

Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.

También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

Jorge Luis Borges 




viernes, 23 de marzo de 2012

Esa casa amarilla.

Dicen que a las doce es la hora donde el Yo experimenta con mayor intensidad esa cercanía con origen, ese estado de unión con su verdadero ser. Toda una completa energía entra por los poros y te hace recordar los momentos mas trascendentales que pudiste tener... unes tu conciencia con los hechos pasajeros, como una tenue armonía de hojas hablando en el silencio. Música que evoca volver a vivir instantes, como el de la casa amarilla, con los jóvenes perdidos entre delirios de rock en los que noche tras noche tratan de disolverse entre millones de experiencias; mitigan sus cuerpos hasta la locura, parten de nada para querer ser algo; perduran entre estas lineas que quieres interpretar tanto saber... No entienden, te dicen reales mentiras; puede que creas en su verdad, pero el sonido asfixiante del tren de media noche no deja escuchar, sólo el sonido de la obscuridad entiende lo que sucede, te habla por medio de astros que refulgen a millones de distancia. Es sentir observaciones y miradas por doquier, todo cosquillea entre embriaguez de horas pasadas y un sutil olor a yerba en la ropa.
6/03/12


jueves, 1 de marzo de 2012

Los Siete Principios Universales de El Kybalión


“Los principios de la verdad son siete: el que comprende esto perfectamente, posee la clave mágica ante la cual todas las puertas del Templo se abrirán de par en par” – El Kybalión

1. El Principio del Mentalismo.

Su lema es “El TODO es Mente; el universo es mental”. Determina que la mente tiene una capacidad asombrosa para transformar nuestro entorno material a voluntad. El ser humano puede crear lo que cree, y al igual que el Universo puede ser co-creador de nuevas realidades y circunstancias a través de una adecuada concentración, voluntad y sabiduría.

2. El Principio de Correspondencia

Sostiene que “Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba”. Las leyes de la naturaleza afectan sin distinción: desde una molécula a un individuo, desde una estrella a una galaxia. Este principio enseña que los más grandes secretos del Universo se encuentran codificados en nosotros mismos e, incluso, en la más pequeña partícula. Todo es un reflejo de todo.

3. El Principio de Vibración.

Este principio encierra la verdad de que “Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra”. La vibración indica el estado de las cosas. Nunca está detenida, y puede ser afectada por nuestra influencia mental. Por ello la importancia de controlar nuestros pensamientos y el poder creador de la palabra, que es vibración en sí misma y por consecuencia transformadora.

4. El Principio de Polaridad.

Indica que “Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse”. Este principio encierra la enseñanza de que todo en el Universo es dual, y forma parte de un equilibrio.

5. El Principio del Ritmo.

Afirma que “Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación”. Este principio explica que en nuestro proceso de crecimiento pasaremos por diferentes etapas, algunas duras y otras luminosas, y que pueden ser sobrellevadas con equilibrio en la medida que vayamos adquiriendo mayor conciencia, fe y calma. Esto afecta a las personas y a los planetas, es una ley natural.

6. El Principio de Causa y Efecto.

Conocido por muchos como la Ley del Karma —“acción”, en sánscrito”— sostiene que “Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley”. Nuestros pensamientos y acciones son los responsables directos de las cosas que vivimos. Si sembramos nuevas causas —pensamientos luminosos y un accionar positivo— podemos modificar el futuro.

7. El Principio de Generación.

Como los demás principios, encierra una lógica natural: “La generación existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos”. Esta ley nos enseña que todo en el Universo busca su complementación. Y de hecho, cada ser posee en sí mismo los dos elementos de este principio creador.

De acuerdo a estas enseñanzas, la “combinación” de principios puede generar “nuevas leyes”. Por ejemplo, hoy en día en que se habla mucho sobre la “Ley de Atracción”, popularizada en el documental new age “The Secret”, no se trataría de otra cosa que la asociación del Principio del Mentalismo (creas lo que crees), el Principio de Vibración (lo semejante atrae lo semejante) y el Principio de Causa y Efecto (cosecharás lo que siembres). En otras palabras, la comprensión y aplicación conjunta de los principios dispara otros mecanismos espirituales aún más poderosos. Ése sería el verdadero secreto.

La regla básica para vivir y aplicar estos principios se basa en tres premisas:

1. Una disciplina espiritual de vida.

Si el practicante está atrapado en su vida material, hallándose ajeno a cualquier posibilidad de ser constante y responsable con su camino como ser espiritual, será difícil que pueda ejercer su voluntad plenamente para desarrollar los Principios Universales. La disciplina espiritual fortalece nuestra fuerza de voluntad, y por consecuencia somos menos sensibles a la manipulación.

2. Ejercitación de la mente.

Es un paso lógico y natural cuando uno vive en esa realidad espiritual. La mente es como un “músculo” que necesita ser entrenado. En los Principios Universales la piedra cimiento es la visualización. Una mente débil, distraída, no podría aplicar plenamente las bondades de estos conocimientos. La meditación es una de las herramientas más poderosas para potenciar nuestra capacidad de “ver más allá”.

3. Comprensión de las leyes.

No sólo se trata de fe y luego ver qué pasa. La diferencia entre un aprendiz y un maestro creador es que el segundo sabe por qué y cómo operan estas leyes. Lejos de lo que habitualmente se supone, la fe verdadera se sustenta en el conocimiento. Los “milagros”, por tanto, no son hechos irracionales y alucinantes, sino eventos perfectamente explicados en el mundo espiritual, aunque ignorados en nuestro medio físico de desenvolvimiento. “Saber” los entretelones de cómo ocurren, es parte del camino a la maestría personal.


UN PENSAMIENTO EN “LOS SIETE PRINCIPIOS UNIVERSALES DE EL KYBALIÓN”